“Desconectar para conectar”: una historia sobre crianza tecnológica desde el corazón
¿Sabías que entre los 0 y los 2 años la tecnología no aporta al desarrollo de niñas y niños? Antes de conocer el mundo digital, los bebés necesitan conocer nuestro rostro, nuestro ritmo… nuestra presencia.
Cuando nació Maya, todo cambió para mí. Dejé de ver el reloj y empecé a ver sus ojitos. Las noches eran largas, los días borrosos, y mi celular se convirtió en mi refugio: ahí encontraba consejos, respuestas, compañía… y también comparación, culpa y ansiedad.
Un día, mientras amamantaba a Maya, noté que me miraba fijo, con una intensidad como queriendo memorizar mi rostro. Pero yo tenía la vista en la pantalla. En ese momento lo entendí: la primera conexión que Maya necesitaba no era con el mundo… era conmigo.
Desde entonces, decidí vivir la crianza tecnológica plena, con intención.
Apagué el celular durante las tomas, especialmente en la noche. Lo dejé lejos durante el baño, el arrullo, los despertares lentos y en el período de juego. Elegí momentos del día para estar 100 % presente: cuerpo, mirada, corazón. No para ser perfecta, sino para ser real y estar ahí.
Cuando uso el teléfono, lo hago con propósito: escucho un cuento para relatárselo o me aprendo una letra para cantársela. También comencé a conectarme con otras mamás que comparten desde la verdad, no desde la apariencia. Incluso dejé de seguir cuentas que me hacían sentir menos, y empecé a construir mi propio ritmo de ser mamá: imperfecto, pero mío (nuestro).
Ahora, con 9 meses, he comenzado a integrar el uso del teléfono cuando estoy con Maya (especialmente durante el día), eligiendo con cuidado. No cualquier video. No cualquier sonido. Lo simple. Lo suave. Lo humano. Elegí incluirla en videollamadas donde sus abuelitas le cantan “tortillitas” y le preguntan: “¿Cuántos años vas a cumplir?”
Creo que sí es posible usar la tecnología con amor, sin entretener con prisas. Entre pausas digitales y abrazos sin distracción, he aprendido a ser mamá en la era de lo digital. La crianza plena y consciente es modelar. Es mostrar cómo cuidamos nuestro tiempo, nuestras emociones, nuestra atención cuando estamos con ellos.
Recordá modelar hábitos saludables desde el inicio:
• Apagá el celular durante las comidas.
• Terminá el programa y apagá la TV.
• Equilibrá pantallas con lectura y juego al aire libre.
• Prestá atención plena cuando jugás o alimentás a tu bebé.
“No se trata de no usar pantallas. Se trata de usarlas con el corazón encendido. Porque antes de aprender a navegar el mundo digital, mi hija necesitó aprender a navegarme a mí.”
Sobre la autora
Este artículo fue redactado por Mariam Carpio, mamá de Maya y experta en educación, derechos humanos y ciudadanía. Con una sólida trayectoria en comunicación social, Mariam ha dedicado su carrera a inspirar, conectar y generar impacto, especialmente en la protección de niños, niñas y adolescentes frente al abuso y la explotación en línea. A través de metodologías innovadoras y una profunda convicción en el poder transformador de la educación, hoy nos comparte su visión sobre cómo construir un entorno digital más seguro para la infancia.